La caída de el "Chupeta"

Ha sido capturado Juan Carlos Ramírez Abadía, el traficante de drogas más poderoso del mundo y el más buscado por la brigada de antinarcóticos de EE.UU: D.E.A. Ramírez, también conocido como “el Chupeta”, fue detenido por la policía brasilera en una hacienda de lujo ubicada en la localidad de Sao Paulo. El colombiano fue investigado por casi 3 años por la policía local antes de realizarse el operativo que facilitó su captura.

Gracias a “su trabajo”, el Chupeta, ha acaudalado una fortuna avaluada en unos $1800 millones de dólares. También es el líder del cartel Norte del Valle, la principal organización de narcotráfico de Colombia y de donde sale la mayor cantidad de droga del mundo. Se dice que la D.E.A ofreció hasta $5 millones de dólares por la captura de “Chupeta” o por la entrega de cualquier información sobre su paradero.

El tráfico y consumo de drogas ha pasado a ser una tendencia mundial que no discrimina continente, país ni sociedad. Sin embargo, suelen ser los países del “tercer mundo” las principales fuentes abastecedoras de estas sustancias y los principales encargados de su distribución. Es así como “emblemáticas” figuras como el “Señor de los Cielos” Amado Carrillo, el mítico Pablo Escobar o el mismo “Chupeta” Ramírez hicieron enormes fortunas llevando la droga a lugares como EE.UU o Europa.

El factor común de que países tercermundistas se transformen en la cuna de grandes cantidades de drogas y de conocidos traficantes, pareciera ser uno: la pobreza. Al analizar la vida de los grandes “narcos” se aprecia que el punto común entre ellos ha sido una vida marcada por la falta de recursos y por ver en el narcotráfico una forma rápida y efectiva de hacer dinero.

Por otra parte, los mismos países han sido complacientes con el actuar de los traficantes. La falta de leyes duras y la corrupción policial y política permiten que el trabajo de los narcotraficantes siga impune. Por lo demás queda en manifiesto el temor que sienten las autoridades frente a este tema, lo que hace que se pierda el respeto por el peso de la ley y la opinión de la autoridad.

Es cierto que cayó “el pez grande” actual del narcotráfico, sin embargo esto es sólo un triunfo parcial en la lucha contra la droga. Son millones las personas en el mundo que se benefician con el narcotráfico, pero también son muchas las instituciones que se esconden tras él. No por nada la misma D.E.A fue acusada por Pedro Carreño, ministro venezolano, de colaborar en la transacción clandestina de drogas de manera que los traficantes puedan actuar sin ser descubiertos. Francamente, yo le creo.

Victoria Walsh F.