La Generación de los Pañales Desechables

El pasado lunes 20 de agosto, se llevo a cabo en el Aula Magna de la biblioteca de la Universidad de los Andes, un seminario llamado “Jóvenes… el futuro está en tus manos”, al cual asistieron diversos panelistas. En el siguiente post, queremos enfocarnos en uno de ello.
El capellán de UTPCH, Felipe Berríos, se basó en la cultura que vivimos hoy y la participación que él ve en la institución que trabaja.
Los jóvenes de hoy somos muchas veces apáticos a la realidad y es porque estamos insertos en una cultura individualista, donde todo es grande, impersonal, para masas. Y a raíz de este vivir de manera individual, el padre nos dice: “Uno siente que uno es para sí mismo y en ese sentido el otro se ve como un competidor, como un enemigo”
El hombre vive en familia, comunidad, ciudades, porque nacimos para vivir con los demás. Pero para lograr esta convivencia, cada persona puede beneficiarse de derechos y cumplir con una serie de deberes. Dentro de estos últimos, encontramos la responsabilidad con el país. Y para llevar acabo ese trabajo, tenemos que conocer nuestra nación y su realidad.
Un buen medio para responder a esta tarea, es la participación en instituciones. Sin embargo, tenemos que tener cuidado que nuestro voluntariado sea un servicio y no una herramienta para lograr satisfacciones personales o llenar vacíos.
Felipe Berríos nos invitó a terminar con el individualismo, aprender a distinguir lo bueno de lo malo y a morir un poco.
El capellán de UTPCH generalmente escribe con metáforas, para hablar hace lo mismo. A pesar de que puso un ejemplo un tanto burdo, éste no pudo ser más claro:“Los pañales con caca”, somos una generación que usó pañales desechables, tanto el pañal como la caca terminaban en el basurero. Antes, usaban de género, por lo tanto, tenían que lavar el pañal para sacarle la caca y este se volviera a usar. Se distingue el pañal de la caca. Nos llamó a que hagamos lo mismo, rescatar lo bueno de lo malo, porque la vida es así, “mezclado el trigo con la cizaña”.
Y lo más importante es abrir lo ojos y captar la realidad nacional, no sólo la sectorizada que se ve en la universidad, donde la mayoría de los alumnos tiene auto, sino que la realidad mayoritaria de Chile. Donde no necesariamente todo es negro, pero si donde aún hay pobreza, violaciones, ignorancia, delincuencia y falta de oportunidades. Mirarla no con amargura, sino que con agradecimiento e ideales. Porque no basta con conocer la realidad, hay que actuar por ella.


Trinidad Pérez
Magdalena Pinto
Francisca Prado
Manuela Prieto
Bruno Ritter